OPCIONES QUIRÚRGICAS

Anastomosis linfovenosa

Consiste en derivar vasos linfáticos a venas superficiales para facilitar el retorno de la linfa a la sangre. Para ello se necesita de canales linfáticos activos. Esto se consigue mediante técnicas de supramicrocirugía, suturando vasos de menos de 0.5 mm. Está indicada en la profilaxis y tratamiento precoz del linfedema. Se necesita que existan vasos linfáticos de entidad suficiente y que estén sanos.

 

Trasplante de ganglios linfáticos

Consiste en coger ganglios de una zona en la que “sobren” y trasportarlos a la zona donde se han extirpado. Se trasplantan los ganglios, la grasa y la piel con las arterias y venas que los nutren. Es una técnica de microcirugía altamente especializada que debe ser realizada por profesionales con experiencia para que no aparezcan secuelas en la zona de donde se obtuvieron. Está especialmente indicada en caso de cicatrices retráctiles y en la reconstrucción mixta de la mama y el sistema linfático.

 

Técnica específica de liposucción linfática selectiva

Para retirar la fibrosis y la grasa que se han depositado cuando la linfa ha estado extravasada mucho tiempo. Está indicada en linfedemas de muy larga evolución en los que existen estos depósitos. Estas técnicas, de manera independiente o combinada, consiguen mejorar la calidad de vida de pacientes con linfedema.

 

¿La profilaxis se puede realizar?

El objetivo es minimizar la probabilidad de linfedema tras la realización de una linfadenectomía axilar o inguinal o bien las biopsias selectivas de ganglio centinela (BSGC). En el caso de las BSGC, se realiza en el mismo tiempo, la tinción con verde de indocianina de los ganglios de la extremidad. Si el ganglio centinela que hay que extirpar, es a su vez el ganglio centinela de la extremidad, se realiza una ALV. En el caso de las linfadenectomías, se realizan una o varias ALV en el mismo campo quirúrgico, derivando de esa forma la linfa al sistema venoso. También se puede realizar la profilaxis en los primeros meses tras la cirugía y una vez terminado el tratamiento adyuvante, si lo hubiera.

El tratamiento quirúrgico del linfedema se puede dividir en dos grupos: técnicas reconstructivas o fisiológicas que se centran en la restitución funcional del sistema linfático dañado y técnicas ablativas o reductoras, que tienen como objetivo reducir el volumen mediante la resección del tejido adiposo cutáneo hipertrofiado.

 

Es importante recordar que, según los estudios realizados previamente por profesionales cualificados, habrá que valorar que pacientes pueden acceder al tratamiento quirúrgico y que pacientes sólo necesitan el tratamiento conservador con fisioterapia.

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